Hay una puerta al fondo del café negro
entre la borra
Una puerta que mira hacia arriba
cuarto a la espera de ser inundado
Una taza bajo la taza sobre la taza sobre mi plato
multiplica un rascacielos de frágil cerámica
En este circo exponencial de torres de café
la taza de arriba, que baila frenética, no sabe
que ya no hay pulso que salve el ruidito
solapado al parloteo de las tazas
amenaza de sismo continuo
temblando en las propias palabras
viernes, 21 de agosto de 2009
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