
Nombrás una cosa como un dado, largalo con fuerza, que tiene que rodar varias caras antes de asentarse en la superficie lisa cuando se le acabe el impulso... siempre y cuando sea lisa la superficie porque en caso de alguna irregularidad vuelta a rodar el dado la cosa la palabra y ni te cuento si hay pendiente, si hay pendiente el salto se multiplica y va nombrando más cosas hacia abajo profundo.
Vos viste las piedras caer la ladera? Escalones de roca las rebotan y resuenan PAC! y hacen pausa girando en el aire bailarinas, y se lanzan furiosas de haber olvidado el deber de caer y no girar graciosamente en el aire, más bien cortarlo hacia abajo en clavado denunciando que no las retiene, increpando a los bordes que las rebotan PAC! y con más fuerza las largan.
Y ya miran el lago los dados majestuosos como cóndores silbando en el aire, pero ellos callados en picada de frente al agua acelerando el clavado y PLAF, parece que ya está, y el alma se le va en torno con las gotas salpicadas en aureola y ahora el dado ralenta sus caras llegando al fondo oscuro que le irá disolviendo de a poco las marquitas dejando sólo un relieve en Braille invertido para algún buzo afortunado... si no lo morfa una trucha.

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